Esta situación la he vivido varias veces, y siempre surge una inquietud ¿de quién es la culpa? y después surgen demasiadas preguntas, que muchas veces se quedan sin respuestas.
Hablando con mis compañeros, y escuchando sus comentarios se llega a una conclusión: -
ah! es que los estudiantes de hoy en día son muy perezosos, no hacen tareas, no estudian, no hacen nada, se la quieren ganar simplemente por asistir-
A veces comparto esa opinión, pero en otras ocasiones me pongo a pensar, ¿será que la culpa es mía? y comienzo a reflexionar sobre lo que hago y dejo de hacer en clase, y analizar lo que hacen otros compañeros que no comparten su experiencia pero por medio de los mismos estudiantes uno se entera.
Los estudiantes le comienzan a contar: - profe, es que el profesor de Física del otro colegio era una cuchilla, y todos le corrían con los trabajos - - profe, es que con Juanita es más duro, con ella tenemos que estar calladitos, porque sino.... - profe, es que con Fulanito entendemos más- -profe, es que usted es muy buena gente y por eso se lo pasan por la galleta....-
Todos los días aprendo algo nuevo de y con mis estudiantes, sé que dar clase en décimo no es lo mismo que darla en once, o en un noveno o un sexto; con el ir y venir de todos los días uno comienza a conocer a los muchachos, y ellos a uno, en especial ellos a uno, y de una forma no tan explicita lo comienzan a medir.
Había pensado que volver las clases un poco más amenas con conversatorios sobre la vida, sobre charlas éticas para darle la importancia al estudiar, redundarían en una mejora académica, y hasta el momento no ha sido así, no he logrado estudiantes proactivos, siguen siendo pasivos, esperando que uno los empuje para que hagan las cosas.
También desde el área de Física y Matemáticas, pensé que explicar los ejercicios paso a paso, con cada detalle, con cada explicación entre operaciones y renglones le servirían, pero no ha tenido el efecto esperado, tal vez, porque hacen falta otros ingredientes.
Y allí es para donde va esta reflexión, los ingredientes que hacen falta NO LOS HE DADO YO como docente, porque sin querer se toma el camino fácil de poner el ejercicio y colocar un cero sino el estudiante no lo entrego, de esta manera no me complico la vida alegando -pensaba-, pero al observar las notas, al calificar las evaluaciones, lo que encuentro es decepción, ceros y unos como si se tratase de un código binario, pero más bien es la tragedia de un proceso que va por su calvario, y que al final del período son muchas cruces que toca ayudar a cargar.
Todo es un proceso, decía mi difunto padre, todo es un proceso, nada se puede tomar a la ligera, y los resultados con los estudiantes no se van a ver de un día para otro, y lo que tengo es lo que he conseguido por:
- Dejar sacar el cuaderno en las pruebas
- Permitir que entreguen tareas en otras fechas diferentes a las acordadas
- No exigir en la entrega de tareas y ejercicios.
- No calificar las evaluaciones con prontitud
- Permitir que recuperen en la última semana con trabajos a la ligera.
- Gastar más tiempo del necesario en conversatorios, estos son importantes, pero no se pueden tomar más del tiempo que se requiere para los temas.
- Invertir el tiempo en múltiples actividades que no aportan directamente al desarrollo académico.
El comportamiento va ligado de la atención, y el interés del compromiso. Mi experiencia me dice que el comportamiento se mejora preparando las clases con anticipación, y corrigiendo con amor pero con firmeza, el interés es el gran interrogante, como hago para que un estudiante sepa que una actividad así no le guste se debe hacer, que una tarea por "maluca" que sea deba hacerse, o es que acaso en la vida no hay situaciones que uno quisiera no afrontar, y toca hacerlas porque de eso depende mi trabajo, la propia existencia.
Ese interés lo ve uno en algunos estudiantes, que son los que preguntan por el tema, los que hacen la tarea, ¿y los demás? Como yo no puedo hacer cambiar a los demás, voy a comenzar a cambiar yo, y a eso me refiero con no seguir creando malos hábitos en mis estudiantes, a exigir, a desgastarme un poco para que ellos sean mejores, porque todos nosotros siempre recordamos aquellos profesores que consideramos cuchillas, pero que los llevamos en el corazón porque nos pulieron, y esa es la huella que quiero dejar en mis estudiantes, así me lleguen a "coger bronca"
Muchos hemos tomado esta profesión desde un ámbito emocional, y muchas veces erramos por ello, no podemos ser tan déspotas y fríos, tampoco tan buenas gentes y flexibles, es un tire y afloje que sólo la experiencia y el compromiso por educar buenas personas nos puede guiar.
En mi caso, apoyado de actividades aplicadas al contexto trataré de conseguir interés, pero exigiendo día a día, sin bajar la guardia, revisando la tarea inmediatamente, llamando la atención para que vuelvan al camino del conocimiento, calificando oportunamente, no dejando sacar los cuadernos en las evaluaciones y dando espacios de asesoría para no permitir más el cuento de qué como no entendí no hice la tarea, y por eso no presento el examen.
Las palabra claves son EXIGIR con respeto, y CORREGIR con amor, si exijo me exijo a mi mismo para ser un mejor docente, para ser una mejor persona y para que mis estudiantes sean mejores que yo.
Ahora queda otro interrogante ¿qué hago con todos los que perdieron?
Pienso que no puedo detenerme a explicarles de nuevo el tema, ya es momento de que ellos busquen en biblioteca, en google, en youtube, con Julioprofe, que en verdad se esfuercen, es hora para mi, de romper con los malos hábitos que sin querer les he dado por el hecho de volver y volver a explicar, de dar y dar oportunidades, SABER se presenta una vez, ya las otras son cuando no se supo aprovechar la oportunidad.
Ahora es momento de continuar y que al final del periodo puedan aprovechar la semana de recuperación, la academia es como la vida, y nada es regalado cuando en verdad hay dedicación y compromiso.